La historia documentada de Cillamayor

Si nos remontamos a la prehistoria, el Jurásico dejó huella en Cillamayor donde afloran gran variedad de fósiles de animales de los mares de esa época geológica.

Quizás también la cultura megalítica dejara su impronta en el Dolmen del Juncal. Documentado por Gonzalo Alcalde Crespo en su libro La Montaña Palentina, La Braña, es un pequeño promontorio cerca de la carretera de unos 30 m de largo por 5 ó 6 m de ancho. Aunque sigue sin ser estudiado, podría encontrarse en estas coordenadas: 42º 52.300 N y 4º 16.690 W

Durante los siglos XIX y XX, Cillamayor combinó su carácter eminentemente agrícola y ganadero con las labores de minería que la mayoría de sus hombres desempeñaban en las cercanas cuencas de Orbó y Santullán.

A esa vinculación agrícola probablemente deba su nombre, que según Navarro García devendría de cilla, depósito de cereales o panera mayor, de gran importancia económico y política en las regiones de montaña de las zonas norte de Castilla.

Los primeros escritos documentados que recogen este nombre datan del año 1118 en la corfirmación de la Donación de Santa Eugenia de Cordovilla. En ella se apunta que el confirmante es "Analso de Cillamayor".

Con posterioridad el nombre de Cillamayor irá apareciendo en diferentes documentos:

En 1242, Elvira Fernández, hija de Fernán Pérez, dona parte de la iglesia de Cillamayor pro anima.
En 1274, está fechado otro documento en el que el dominio de la abadía de Santa Juliana de Santillana del Mar se extiende hasta Cillamayor.
En 1280, Fernán Díaz y otros, donan al abadengo de Aguilar de Campoo todo cuanto poseen en Cillamayor, con su iglesia y sus vasallos.
En el Archivo Histórico Nacional, puede encontrarse una donación del año 1284, en la que Fernando García, hijo de Guillem Fernández Duque y de Elvira Alfonso, dona todo lo que había heredado de sus suegros Roi Díaz Bueso al Monasterio Premostratense de Santa María La Real de Aguilar de Campoo. Entre otras posesiones, sus bienes en Cillamayor así como el sexmo de la iglesia de Santa María de esa localidad para que "ffagades dello z en ello z en todo a toda uestra uoluntad commo de uestras cosas propias"
García Guinea aporta otro documento de 1285 en el que el Rey Sancho IV concede un privilegio al abad mostense de Aguilar de Campoo, en el que le cede ciertos lugares, entre ellos la Iglesia de Cillamayor.
En el año 1333, como también consta en el Archivo Histórico Nacional, Mayor Álvarez, viuda de Ferrán Royz de Castañeda, dona al Monasterio todo cuanto su marido heredó en la aldea de Cllamayor con "todos los vasallos yermos z poblados z con sus solares z con sus heredamientos"
Durante el siglo XIV, en el Libro Becerro de las Behetrías de Castilla (Registro de los lugares de realengo, abadengo, solariego, y behetría comprendidos entre el Cantábrico y el Duero y la Cordillera Ibérica y el río Cea. Registró 2402 núcleos de población), siendo rey Pedro I de Castilla, autor de este códice, Cillamayor figura como lugar de abadengo del abad de Aguilar de Campoo y de la abadesa de San Andrés de Arroyo y solariego de Don Diego García de Vedoya y de los hijos de Gonzalo González de Guadiana.

Derechos del rey en Cillamayor:
- Los vasallos de la abadesa le pagaban monedas y servicios y fonsadera (servicio personal para el trabajo de los fosos de las fortalezas y tributos para repararlos).
- Los vasallos del abad no pagaban fonsadera por privilegio confirmado por el rey. Tampoco pagaban los vasallos del abad y de la abadesa yantar (tributo que se pagaba para sustento del rey y del señor) ni martiniega (tributo que se pagaba por San Martín).
Derechos de los señores en Cillamayor:
- Al abad de Aguilar de Campoo cada vasallo le pagaba al año por infurción (tributo que se pagaba en dinero o especie por el solar de las casas) 16 celemines de trigo, 2 fanegas de cebada y 1 maravedí.
- A la abadesa de San Andrés de Arroyo cada vasallo le pagaba al año por infurción, 16 celemines de trigo, 2 fanegas de cebada y 5 sueldos.
- A Don Diego García de Vedoya y a los hijos de Gonzalo González de Guadiana cada vasallo les pagaba al año por infurción, 2 fanegas y media de pan, medio trigo y cebada y 4 dineros.

Para saber más:
Cillamayor en el Libro Becerro de las Behetrías de Castilla .pfd (3,85 Kb)
Mapas de las Merindades de Castilla y Mapa de la Merindad de Aguilar .pfd (319 Kb)
Cartulario de la Merindad de Aguilar .pfd (325 Kb)

En 1752 el Catastro del Marqués de La Ensenada documenta la localidad de Cillamayor. Aparece incluida en el Valle de Santullán dependiente de la jurisdicción de la Villa de Aguilar de Campoo, y es señorío de la Marquesa de Villena pero sus 50 vecinos no le pagan cosa alguna. Limita con las localidades de Porquera de Santullán, Orbó, Matabuena, Matamorisca, Villavega y Quintanilla de Corbio.

Por este catastro sabemos que recogían trigo, centeno, cebada, lino, avena y hierba entre otras especies y que carecía de plantío de árboles. Que pagaban diezmos y primicias. Que había 2 molinos sobre el río Rubagón, uno de ellos propiedad del Concejo. Que se criaban ovejas, vacas, caballos, cerdos, cabras y que había colmenas. Están documentadas 77 casas, todas habitables, y 3 en ruinas. Que había una taberna que proveía el Concejo. No había médicos ni tenderos pero había 4 sastres y 2 tejedores, 1 herrero que tenía a su hijo de aprendiz, pastores lanares, vaqueros y 1 carpintero. La mayoría combinaba estos oficios con el de agricultor. Había 1 pobre de solemnidad, 1 cura y ningún convento.

El Catastro del Marqués de la Ensenada también registró las familias eclesiásticas y las propiedades que vecinos y forasteros tenían en Cillamayor.

Para saber más:
Preguntas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada 1752 .pfd (1,09 Mb)
Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada 1752 .pfd (3,58 Mb)
Libro de las Familias Eclesiásticas del Catastro del Marqués de la Ensenada 1752 .pfd (2,66 Mb)
Libro de las Propiedades del Catastro del Marqués de la Ensenada 1752 .pfd (8,65 Mb)

Tras el descubrimiento del carbón en las cuencas de Orbó y Santullán, Cillamayor se convirtió en un nudo de gran importancia en las comunicaciones ferroviarias, contando con tres estaciones de ferrocarril:

La Robla, que unía Bilbao-León, de vía estrecha y que al día de hoy sigue funcionando,
La Estación del Norte, que comunicaba Barruelo con Quintanilla de las Torres para enlazar allí con la general Madrid-Santander, y
La Chocolatera, que enlazaba con la estación del Norte la cuenca minera de San Cebrián.

Existió también en el siglo XIX, un canal subterráneo que transportaba el carbón de la cuenca de Orbó hasta Cillamayor, para luego ser cargado en el tren.

Para saber más:
El Canal Subterráneo de las Minas de Orbó .pfd (8,81 Mb) de Fernando Cuevas Ruiz
Ir a Galería del Canal

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional, que en el censo de 1842 contaba con 27 hogares y 140 vecinos , para posteriormente integrarse en Santa María de Nava (actualmente pedanía de Barruelo de Santulllán).

Tras el cierre de la minería en la zona norte de Palencia los habitantes de Cillamayor reparten su tiempo entre la agricultura, la ganadería y pequeños negocios relacionados con el sector agroalimentario y el turístico.

Para saber más:
Apuntes históricos sobre Cillamayor .pfd (65,3 Kb) de Jesús-María Martín Martínez
Breve historia sobre Cillamayor .pfd (39,2 Kb) de Jesús-María Martín Martínez